
El misticismo es la creencia de la posibilidad de esa unión íntima y directa del espíritu humano con el principio fundamental del ser, la cual es a la vez un modo de existencia y de conocimientos superiores a la existencia y al conocimiento normal. El punto culminante de esa aspiración al absoluto es el éxtasis, que se ha descrito como un estado en el que se rompe toda liga con el mundo exterior, el alma siente que se comunica con un objeto interno que es el ser perfecto, el ser infinito, Dios. Fuertemente asociada a la santidad, el misticismo puede venir acompañado de manifestaciones que se conocen como milagros, percepción extrasensorial y en otros casos estigmas (marcas que sufrió Jesús antes y durante su camino a la crucifixión), también se le dice mística al conjunto de obras escritas sobre este tipo de relaciones o experiencias espirituales del alma en cualquiera de las religiones que la manifiesten.
El misticismo es también una filosofía cuyo tema es también las maneras de relación de la conciencia con Dios, que aparece por influencia de los neoplatónicos alejandrinos en el pensamiento cristiano y cuyas principales figuras son el Areopagita, San Bernardo (1091- 1153), San francisco de Asís y San Buenaventura (1221- 1274).
La palabra misticismo suele usarse también en sentido peyorativo para calificar las doctrinas que descansan más en el sentimiento y la intuición que en la observación y el razonamiento.